MARIO BARAHONA
Ha nacido dos veces. La primera, llorando y desnudo. La segunda escribiendo… y también desnudo, no tan metafóricamente hablando. Se reinventó escribiendo a partir del año 2004, a sus 49 años y, a la fecha, se atrevió a publicar 14 títulos: 6 novelas, 7 poemarios y un librillo de cuentos. Sin saber nada del mundillo literario, que eso es otra historia -dice.
Cuando se agotaron sus libros que publicó con Editorial Forja (sus primeros cuatro títulos) comenzó con la fabricación artesanal de sus libros allá por el año 2009, desafiante, pero rápidamente descubrió que el trabajo enseña a las manos. Le fue más que bien instalado al paso de los turistas en la Plaza Eladio Sobrino de Isla Negra, al ladito de la casa y tumba de Don Pablo Neruda.
Mostrando entonces su trabajo escritural y artesanal, otros escritores/as de la zona, tomando en sus manos aquellos libros artesanales, le solicitaron que fabricara los suyos. Se negó cerca de un año en hacerse cargo de un texto ajeno y, como le cuesta decir que no (prueba de que está aquí con nosotros) a la fecha deben ser más de 160 los títulos ajenos. Así nació también su emprendimiento llamado Ediciones Una Temporada en Isla Negra, en el cual más que editor, se considera un “hacedor” de libros. Y más que escritor, dice, un escribidor.
Finalmente hay que recalcar que, como aporte a este intenso y vital oficio, haciendo de gestor autodidacta, se preocupó de organizar dos ferias del libro Independiente en Isla Negra (2012-2014) y una feria internacional del libro en El Tabo (2018, días después del fallecimiento de Don Nicanor Parra) y, junto a varios y varias aquí presente, la ya tan entrañable MAREA.
Títulos que se atrevió a publicar:
El Amor y Patagonia en Última Esperanza (Novela. 2006)
Poe-Mario. Antología Rupestre (Poesía. 2006)
Buganvilla (Novela. 2007)
De Casa en Casa (Novela. 2008)
Oráculo Poético de Isla Negra (Poesía. 2008)
Quántos Cuentos (Cuento. 2008)
El Bagual (Novela. 2009)
Aviento de poesía y herbaje para el amor ajeno (Poesía. 2011)
Indeterminación (Poesía. 2011)
Despertares. Cuatro olvidos presentes, cuatro gansos en vuelo (Novela. 2012)
La nuez que devora la vida (Poesía. 2014)
Coto (Poesía. 2015)
El Tabo a toda Costa (Novela. 2016)
No cambiemos cuatro estaciones por un sólo invierno (Poesía. 2020)
De: Antología Rupestre, 2006
Madre, qué me decías?
Lo más lejano hacia atrás
hasta donde la memoria me puede llevar
es el centro tibio de una cama
rodeado por el abrazo amoroso y fuerte de mi madre
que con su aliento
trata de borrar en mí todo rastro
de mi padre
De: Aviento de poesía y herbaje para el amor ajeno, 2010
Cuando Dios era mujer
el sacerdocio era para hombres y mujeres
todos favorecían a hijos e hijas,
la semana tenía sólo días domingos
(tal como un racimo de uvas)
y ellas celebraban la fertilidad
cada veintiocho albores.
Cuando Dios era mujer
el diezmo era un abrazo
no se construyeron templos
mas, todos se amaban bajo el domo del cielo
Cuando Dios era mujer
sólo había un país viviente.
La frontera tenía de farol la luna, por el Este
y la puesta de sol por el Oeste
Cuando Dios era mujer
no era preciso demostrar
sino creer…
y los varones eran libres.
De: La nuez que devora la vida, 2014
Somos Somos una comarca De cerebros mutilados Bajo el mismo yugo Arrastrando una
carreta invisible Y del carretero Sola-mente Conocemos la púa De su picana
El camino de mi comarca No es mi camino Sin embargo debo caminarlo Caminarlo
Caminarlo caminarlo Caminarlo
Por caminar camino ajeno Renuncié al propio
Entonces Renuncié Renuncié Renuncié Renuncié Renuncié
La renuncia reemplazó En mi memoria Al sol de la mañana La renuncia reemplazó el sol del
ocaso Y me han hecho creer que el sol es la luna La luna el sol Y las estrellas Agujeros de
bala
Renuncié a la mañana Renuncié a la tarde Sólo me dejaron la noche Para regresar a casa
Recuperarme Y así desistir de buen ánimo A lo nuevo Del nuevo día
De solsticio a solsticio De equinoccio a equinoccio A todo el zodiaco renuncié
Renuncié a ser uno más en el cosmos Para ser uno más en la nómina
Renuncié a fluir en el río de la existencia Para quedarme solo en su orilla
Renuncié a procrear hijos Para clonar sujetos
Renuncié a la felicidad Por media docena de carcajadas Del Club de la Comedia
Renuncié a una verdad Por dos entretenidos noticieros Y una editorial mentirosa
Renuncié a la libertad Por la seguridad
Renuncié a la salud Por alimento para el miedo Y vacunas gratuitas
Renuncié a la vida Para huir de la muerte
Renuncié al placer Para no encender la culpa
Renuncié a leer y escribir Para consumir consumo y desvergüenza
Renuncié a la compasión Por el sentimentalismo
Renuncié a la reflexión Por un cómodo confesionario
Renuncié a la compañera-libre Por mi propia y flamante esposa
Renuncié a ser padre Para olvidar a mi padre
Entonces Cada día Antes de abrir los ojos Me comprometo religiosa-mente A ser alimento
Para esta civilización con alma de puta Que me engulle A su regalado gusto